Viento a favor

Tres puntos ante el mejor equipo al que se ha enfrentado Osasuna hasta el momento. La AD Alcorcón fue un equipo serio a nivel táctico y muy ordenado defensivamente. Lo esperado. A mi juicio, Cristóbal Parralo no fue tan fiel a su estilo de juego como yo esperaba. Introdujo a Toribio en el centro del campo adelantando a Dorca con la finalidad de controlar la media de Osasuna. Lo consiguió. Sin embargo, este partido evidencia la moraleja más sabrosa: con otros ingredientes, también se hace un buen caldo y se asienta la capacidad goleadora de los últimos minutos. No es casualidad.

Las anticipaciones y el correcto posicionamiento de Eddy, Toribio y Dorca en el centro del campo bloquearon la claridad de Fran y Roberto con balón. Las ayudas constantes de Nono y Mayoral a Laure y Aly imposibilitaron la profundidad de Osasuna, y Kike Barja no pudo desbordar como de costumbre. Es muy difícil construir juego efectivo, a pesar del dominio con balón ante una defensa agresiva, en el buen sentido de la palabra. Las vigilancias, las ayudas de los extremos a los laterales y las transiciones ataque-defensa rápidas de la AD Alcorcón son sus figuras de identidad más representativas, y se vieron a lo largo del partido.

El partido requería de más claridad por el centro del campo y desplazar a Rubén García y Roberto para buscar las espaldas de Eddy y Toribio. La entrada de Iñigo Pérez era fundamental y Jagoba lo vio, retrasando a Oier y adelantando las posiciones de Clerc y Nacho. La incorporación desde atrás con la finalidad de “destruir” el orden de ayudas de la AD Alcorcón fue una medida inteligente y necesaria. El viento ayudó, pero el cambio táctico de Jagoba fue exquisito. El gol de Xisco puede ir más allá del 1-1, porque demostró que Osasuna sin un delantero centro referencia no es claro en ataque. Se notó la ausencia de Juan Villar, a pesar de que la entrega de Brandon es inquebrantable.

De esta manera llegó el gol del empate. Fran Mérida, ante una AD Alcorcón con más espacios y Roberto y Rubén a la espalda del doble pivote, encontró claridad con balón. La amplitud de Nacho Vidal, también contribuyó. Pase largo a la espalda de los centrales para la entrada de Rubén desde atrás. Otra nueva asistencia y gol de Xisco. El segundo gol fue más de lo mismo. Incorporación de Carlos Clerc y aprovechamiento de los espacios interiores a la espalda del doble pivote con Iñigo, en primera instancia, y Roberto Torres, en último lugar.

No obstante, las más que conocidas concesiones defensivas salieron a la palestra. Ante jugadores como Nono o Juan Muñoz, que juegan más que bien a las espaldas de las defensas rivales, no se pueden cometer errores de concentración. La AD Alcorcón es un equipo que llega a zona de finalización con una gran acumulación de jugadores por la incorporación de sus laterales, entre otros factores. Osasuna tuvo que exprimirse al máximo en las ayudas para tratar de igualar el número en las transiciones. Pero, en algunas ocasiones, no estuvo tan rápido como el rival y, en otras, no resolvió bien las transiciones rápidas.

Señores rojillos, viento a favor y sin Juan Villar, pero con Xisco y Miguel Flaño. Nuevamente, en el último tramo, pero como bien dice Jagoba, “lo intangible”, como ese afán impregnado de seguridad y esa creencia firme en que el partido no iba a terminar 0-1, es muy importante. Osasuna cree hasta el final, lucha hasta el final y corre hasta el final. Porque lo intangible, sin medios, nunca puede ser tangible. Osasuna suma su quinta victoria consecutiva en El Sadar y ya suma 29 puntos asentándose en la parte alta de la clasificación. Sin embargo, la necesidad de sumar de tres fuera de casa es urgente, y el próximo domingo en Reus es un buen día.

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